domingo, 24 de mayo de 2015

¡Atención, mañana examen!

9 de marzo de 2015, 22.30 de la noche, estoy haciéndome la cena cuando mi compañera Marina viene desesperada diciéndome que mire el Moxtra, aplicación que nos descargamos para comunicarnos con Fernando, el profesor de didáctica, al abrirlo mi cara cambia por completo al leer el mensaje: traed mañana dispositivos para conectar a Internet, ¡mañana examen! y a continuación nos manda el artículo de la BOE. Mi compañera y yo nos miramos mutuamente sin saber que hacer, nos ponemos a comentar, ¡no puede ser!, ¡es imposible!, ¡no nos podemos estudiar todo esto para mañana!, ¿enserio Fernando nos está haciendo esto?, ¡con lo bueno que parecía!, a continuación abrimos el grupo de clase, todos asustados, comentando lo mismo, damos nuestra opinión y al final llegamos a una conclusión: no vamos a estudiar ninguno, no creemos que Fernando sea capaz de hacernos esto, tras varias horas hablando de lo mismo, decidimos acostarnos sin estudiar.
A la mañana siguiente me levanto mala, por lo que no puedo asistir a clase, le digo a mis compañeras que hablen con Fernando y le expliquen mi situación, cuál es mi sorpresa cuando mi compañera estando en clase me llama diciendo que el profesor a entregado unas preguntas que debemos estudiarnos para hacer un examen en grupo al día siguiente, ¿cómo?, ¿un día para estudiar?, ¡no puede ser!. Al llegar mis compañeras decidimos ponernos a estudiar después de comer, en el grupo de la clase todo el mundo estaba agobiado, las preguntas eran difíciles de memorizar y nadie quería defraudar a nadie,
Al día siguiente cuando llegamos a la clase de Didáctica, el profesor pone a cada uno en su grupo y entrega el examen, al acabar el examen todos nos dimos una gran sorpresa cuando de repente, el delegado de la clase empieza a reirse y nos dice que todo esto no era un examen y que ni siquiera cuenta como nota, sino que todo había sido una prueba para ver como nos sentíamos, porque así es como se sienten muchos alumnos cuando la mayoría de sus profesores se limitan a dar el temario y poner examen.
Con todo esto lo que he aprendido es que ser profesora no significa sentarte en una silla, dar el temario y hacer un examen, ser profesora significa sentir una devoción tan fuerte por tu profesión que te haga ser creativa, dinámica que te haga sentir que te gusta lo que estas haciendo, conocer a cada uno de los niños con los que trabajaré y además de todo esto sentirte preparado y con los conocimientos necesarios para esta profesión.


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